Mateo 4:4 -No solo de Pan Vive El Hombre: 3 Perspectivas De Esta Frase
"No solo de pan vive el hombre, sino que de toda expresión que sale de la boca de Dios", es una cita bíblica que revela un ámbito espiritual, clave para el creyente en estos tiempos.
Donde la estructura babilónica tiene atrapada a miles de personas en un sistema terrenal, donde se nos enseño desde niños, que sin lo material, sin el trabajo, sin títulos universitarios, no podemos tener un nivel aceptable y cómodo en la sociedad.
Si, es cierto que Dios quiere que tengamos todas las comodidades, pero se distorsiona al punto tan trágico, que dejamos en ultimo lugar el reino de Dios, es en ese afán de buscar humana mente, sin confiar en un Dios, que es claro en su palabra.
"Nada material es eterno, pero la palabra de Dios nunca pasa" Esta es la clave para que satanás no juegue con nuestras necesidades y podamos resistir las tentaciones...
No solo de pan vive el hombre significado
J esús dijo que "No solo de pan vive el hombre, sino que de toda expresión que sale de la boca de Dios", quiso decir algo más que una respuesta al tentador.
Uno necesita comer para vivir, y beber. Son necesidades básicas. Jesús tenía hambre, y sed, necesitaba comida y agua.
Pero, más allá de la necesidad de alimento y bebida para vivir, él dijo que su vida se sustentaría no sólo de pan, sino, más bien, de la palabra del padre, esta palabra trae vida espiritual, y quien está vivo espiritualmente puede penetrar el reino de Dios, y hacer la voluntad del padre.
Ningún sistema del mundo puede impedir, cuando los principios de morir a la carne, y a la tentación son establecidos con firmeza, esto lo llevara sin duda alguna a la vida del espíritu y a la eternidad del reino de Dios.
La tentación vino a Jesús ¿Cómo respondió?
En tres ámbitos distinto satanás intento hacer caer a Jesús, y lo hizo a través de la palabra, indicando que hasta los demonios conocen la palabra, cuanto mas el creyente que debe respirar y caminar en su forma total, por medio de la palabra de Dios...
1. Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo
Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre. Y vino a él el tentador; y le dijo:
Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan. El respondió y dijo: Escrito está: No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios."Mateo 4.4
El pan representa el sustento, la vida y las necesidades de este mundo, los afanes terrenales. La primera tentación es también nuestra primera tentación, vivir de acuerdo a las leyes y los afanes de este mundo, y no conforme al reino de Dios..."No solo de pan vive el hombre"
2. "Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo:
Si eres hijo de Dios, échate ahajo; porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, y, en sus manos te sostendrán, para que no tropieces con tu pie en piedra." Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios." - Mateo 4.5-7
La segunda tentación tiene que ver con nuestra comunión con Dios, con nuestra santidad y con no tentarlo con nuestra llana manera de pensar. Si parafraseáramos, adaptando el texto a nuestros días, lo que está diciendo el diablo sería algo así: "Usa tu poder en cristo para ser admirado, para hacerte rico, para manipular a la gente; actúa independientemente. ¡Tú eres grande! Eres santo, cristo te guarda, los ángeles están a tu servicio, ¿de qué te preocupas?"
Jesús se guardó siempre de estar en el centro de la voluntad del Padre. Se sometió, fue obediente hasta la muerte, en humildad, en amor, en negación y servicio a los demás. La escritura dice:
"y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte"-Apocalipsis 12.11
Seremos guerreros victoriosos cuando aprendamos la verdadera negación a nosotros mismos por amor al evangelio, cuando nuestro testimonio sea de fe y de alabanza a Dios, y no de quejas ni autocompasión. Y cuando entendamos qué es, verdaderamente, la sangre que fue derramada, y cuál es su poder.
"Someteos, pues, a Dios. Resistid al diablo, y huirá de vosotros." -Santiago 4.7
Jesús conocía, a través de la íntima comunión con el padre, que la autoridad proveniente de la misma esencia del padre, fluía y se movía a través suyo. Estar con su padre era lo que saciaba su alma, nutría sus huesos y lo llenaba de paz. Nosotros, muchas veces, al estar un buen rato o quizás una temporada rodeados de gente inconversa, nos sentimos mal; anhelamos hablar con alguien que hable nuestro idioma, el del espíritu.
Buscamos gente cristiana para hablar con ellos y esto es, ciertamente, un verdadero refrigerio. Jesús no tenía a nadie con quién hablar de igual a igual. Solo él estaba investido y lleno del espíritu de Dios; solo él entendía lo que era negarse a la carne y vivir por el espíritu.
Jesús estaba terriblemente solo. Solo con el padre podía hablar con libertad, y en esto se basó su vida victoriosa.
"Muchas cosas tengo que decir y juzgar de vosotros; pero el que me envió es verdadero; y yo, lo que he oído de él, esto hablo al mundo... y que nada hago por mí mismo, sino que según me enseñó el padre, así hablo.» Juan 8.27, 28
Jesús se sometía 100% a la voluntad del Padre. Estaba en comunión continua con él, sometido a él. Y esto hacía que el diablo no pudiera tocarlo en lo más mínimo. Había seguramente miles de necesidades alrededor del ministerio de Jesús, pero el Señor solo hacía lo que oía del Padre. En el estanque de Betesda había una multitud de enfermos esperando que descendiese el ángel a mover las aguas; sin embargo, Jesús sólo sanó a un paralítico.
Cuando vinieron a decirle que Lázaro estaba enfermo, esperó tranquilamente dos días. Jesús veía el propósito de Dios; estaba atento a la dirección del Padre. Fue también con un propósito que no se subió a la barca cuando vino la gran tempestad sino que se fue caminando sobre las aguas.
El estar comprometido de esa forma a escuchar la voz de Dios para dar cada paso, hacía invencible frente a las asechanzas del diablo. Lo triste es ver tantas vidas tan afanadas por las cosas terrenales, que no tienen tiempo de escuchar la voz de Dios.
Es tanto más fácil ir al pastor y decirle que ore por una dirección para su vida, que doblar las rodillas hasta penetrar el lugar Santísimo y, cara a cara con Dios, escuchar de él su perfecta voluntad.
Esto implica disciplinar la carne y someterla, esto implica estar comprometidos y enamorados del Señor. ¡Ahí es donde está la verdadera victoria, en escucharlo a él! resistir al diablo es una poderosa determinación.
El problema radica en que no estamos totalmente hartos del enemigo de nuestras almas. «Estar harta conduce a una violencia espiritual de tal magnitud que le declaras la guerra a muerte a tu opresor. Estás determinada a vencer cueste lo que cueste.»
¡Hay que tomar decisiones que conduzcan a cambios radicales en tu vida!»
«Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan.» -Mateo 11.12
La paciencia es un fruto del espíritu santo. El diablo no tiene paciencia, y cuando ve que usted, lejos de creerse sus mentiras, le ocasiona pérdidas en su reino, se alejará más rápido de lo que usted cree.
Infórmate Más sobre el tema aquí: Los Frutos Del Espíritu Santo
3. La tercera tentación tiene que ver con la adoración
Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares. Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás. El diablo entonces le dejó; y he aquí vinieron ángeles y le servían. Mateo 4.8-11
La tercera tentación tiene que ver con la adoración. Con la tendencia humana de codiciar la grandeza de este mundo, con el deseo de ser vistos y honrados por los hombres, el buscar el reconocimiento. Cuántas personas sufren terriblemente si no son alabados por lo que hacen.
Se pasan la vida buscando títulos en el mundo, en la iglesia, buscando obtener de ellos su identidad y su valor; y son continuamente derrotados por el diablo, vulnerables a la humillación demoníaca porque tienen sus valores y su fuerza en la gloria de este mundo, la cual es como la flor, que un día es y al otro ha dejado de ser, y es echada en el fuego. Jesús establece claramente la base de su fuerza y su victoria:
"Al Señor tu Dios adorarás, ya él solo servirás". Mateo 4.10
Entre las armas más poderosas para la batalla espiritual están la alabanza y la adoración a Dios.
El Salmo 34. Lo escribió el rey David en uno de los momentos más difíciles de su vida. S e encontraba solo, perseguido a muerte por el rey Saúl. Abimelec, el rey de los filisteos que lo había amparado, ahora le daba la espalda y lo echaba afuera.
Sus mujeres estaban secuestradas, y él no tenía ningún sustento. La situación no podía ser más desesperante para el joven David.
Sin embargo, hay algo que lo mantiene firme y fuerte ante cualquier circunstancia, y es el saber que su seguridad es Jehová, que tiene un Dios fuerte, poderoso, un Dios que lo escucha, que pelea sus batallas y lo guarda de sus enemigos.
Un Dios que es su refugio en tiempo de tribulación y castillo fuerte para resguardarlo. David había aprendido a dejar de ver las circunstancias y a levantar su espíritu a la presencia de Dios. No importa cuán grande fuera su problema, había aprendido a ver la grandeza de su Dios.
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Jesús estableció el principio de un reino espiritual
Un reino que se rige no por las carencias humanas y las leyes limitadas de lo terreno, sino por la palabra creadora de Dios. Jesús le está decretando al diablo que la Palabra de Dios es la suprema autoridad.
Que quien está decidido a derrotarlo es él, y no viceversa. Está hablando y estableciendo principios totalmente contradictorios a las leyes de la naturaleza, está decretando que su vida está total y absolutamente sustentada y protegida por la Palabra de Dios.
El primer paso para la victoria es, entonces, determinar en nuestro corazón y hacerle saber al diablo que vivimos y dependemos 100% de la Palabra de Dios, y que ella es infalible, todopoderosa, ilimitada y eterna.
Esto no es algo dogmático, ni meras letras grabadas en nuestra fugaz memoria, sino que es palabra viva, impregnada en nuestro espíritu; es conocimiento revelado a lo más profundo de nuestro ser.
Porque sabemos que el cielo y la tierra pasarán, pero su palabra no pasará, porque así lo ha dicho el Señor. Mientras usted piensa que del esfuerzo que haga, de eso depende su sustento, está bajo maldición. Porque Dios maldijo al hombre y le dijo:
"Ganarás el pan de tu boca con el sudor de tu frente." Pero "Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque escrito está: maldito el que fuere colgado en un madero)."
Y mientras usted esté en maldición, el diablo comerá del polvo con que usted está hecho; le robará y devorará su sementera, porque habrá estado sembrando entre cardos y espinos, y no verá el fruto. ¡Salga de ahí!, sabiendo que no solo de pan, de lo natural vive el hombre sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.
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