Los Becerros de Oro - Historia Bíblica
Los becerros de oro se convierte en aquellas figuras creadas por hombres, que buscaban levantar la adoración ante estos falsos dioses, produciendo uno de los pecados que Dios abomina, y es el de la idolatría, que busca quitarle la adoración al Dios real.
En las Sagradas Escrituras se encuentran un momento en que Moisés subió al Monte Sinaí, para recibir las tablas de los mandamientos, y viendo el pueblo que el tardaba ellos buscaron un líder y una nueva adoración que los dirigiera a falta de su presencia, creando becerros de oro que produjo la ira de Dios.
El Pacto de Dios con Israel
Cuando las Sagradas Escrituras hablan sobre los becerros de oro inicia la historia cuando Moisés subió al Monte Sinaí por que allí Dios le entregaría las tablas de la ley, que se convertiría en el testimonio del pacto que Dios había hecho con el pueblo de Israel, que sería la oportunidad de cumplir lo que todo el pueblo había dicho de que harían su voluntad.
Luego de ese acto en el que todo el pueblo escuchó atentamente lo que Moisés había dicho, pasaron varios días donde la nube de la gloria de Dios se manifestaba en el Monte Sinaí, hasta que Dios lo llamó a que subiera "Y entró Moisés en medio de la nube, y subió al monte; y estuvo Moisés en el monte cuarenta días y cuarenta noches"
Moisés Tardó en bajar
Durante ese tiempo en el que Moisés se encontraba recibiendo las tablas del pacto el pueblo de Israel esperaba con ansiedad que bajara del Monte Sinaí, situación que se extendían los días y no veían su llegada por lo que muchos de ellos pensaron que él había muerto.
La situación se agravaba con el paso de los días, ya que había pasado más de un mes y Moisés no bajaba del Monte Sinaí y el pueblo se encontraba muy nervioso, ya que pensaban que si ellos no pudieron aguantar un momento en la presencia de Dios, él no hubiese soportado tantos días delante de su presencia.
Sin embargo, cuando la situación se agudizó mientras esperaban a Moisés el pueblo de Israel recordó que no se habían quedado sin líder, ya que Moisés había dejado como encargados a Aarón y a Hur para que pudieran guiarlos, mientras él se encontraba en la montaña delante de la presencia de Dios
Por ello, todo el pueblo de Israel se acercó para hablar con Aarón, quien tuvo que buscar una solución inmediata ante un pueblo que estaba alterado, por la falta de un líder que lo guiará.
Los Becerros de Oro
En medio de la desesperación que tenían el pueblo de Israel al no contar con Moisés como intermediario con Dios, ellos reaccionaron en una forma desmedida buscando solucionar a quien adorar, o como solucionar dicha situación, pues ya no tenían un líder.
«Cuando el pueblo vio que Moisés tardaba en bajar del monte, se reunió el pueblo en torno a Aarón y le dijeron: “Anda, haznos un dios que vaya delante de nosotros, ya que no sabemos que ha sido de Moisés, el hombre que nos sacó de la tierra de Egipto» (Éxodo 32:1)
Ante esta petición que hizo el pueblo Aarón de hacer un Dios que fuera delante de ellos la respuesta ante eso no fue ni desanimarlos o confrontarlos por lo que le estaban pidiendo sino que él accedió en cumplir lo que ellos estaban anhelando que era un dios.
Lo que hizo Aarón fue buscar complacer al pueblo, y la gente dio oro para que el nuevo líder hiciera lo que ellos estaban anhelando, por lo que no buscaron hacer la voluntad de Dios, que era no hacer algún tipo de semejanza de cualquier cosa creada como representación de El.
Ante esta situación hay que analizar algo que sucedió luego que Aarón hiciera el becerro de oro, ya que él no lo hizo como una imagen de un dios pagano sino como la representación de Jehová, confirmación que se hace cuando el terminó de edificar un altar:
Se puede indicar que el pecado cometido por no haberse olvidado de Dios sino haber hecho una falsa imagen del Dios verdadero ,a través de un becerro, no era que lo estaban desplazando sino quisieron representar para poder seguir adorándolo, algo que Dios no vio con buenos ojos, ya que nada de lo creado puede representarlo pues el es muy grande entre los grandes. Y ante ese pecado la Biblia hace mención en el libro de los Salmos:
Dios respondió a la desobediencia del Pueblo
Ante la desobediencia de los israelitas que estaban en plena adoración de los becerros de oro Moisés se encontraba recibiendo las tablas del pacto en el Monte Sinaí, y cuando culminó ese momento Dios le dio las dos tablas del testimonio escritas por su dedo. (Éxodo 31:18)
Mientras Moisés bajaba hacia el campamento donde se encontraba el pueblo de Israel él no sospechaba lo que estaba aconteciendo, a lo que el mismo Dios le informó como ellos habían incumplido sus mandatos y habían fundido un becerro de oro mientras estaba ausente de ellos.
En tan solo cinco semanas el pueblo israelita se había desviado del pacto que había hecho Moisés antes de subir al Monte Sinaí, a lo que faltaron al mandato e intercedió por ese pueblo rebelde, ya que la ira de Dios descendería sobre el pueblo.
«Entonces Moisés oró en presencia de Jehová su Dios, y dijo: Oh Jehová, ¿por qué se encenderá tu furor contra tu pueblo, que tú sacaste de la tierra de Egipto con gran poder y con mano fuerte?. ¿Por qué han de hablar los egipcios, diciendo: Para mal los sacó, para matarlos en los montes, y para raerlos de sobre la faz de la tierra? Vuélvete del ardor de tu ira, y arrepiéntete de este mal contra tu pueblo. Acuérdate de Abraham, de Isaac y de Israel tus siervos, a los cuales has jurado por ti mismo, y les has dicho: Yo multiplicaré vuestra descendencia como las estrellas del cielo; y daré a vuestra descendencia toda esta tierra de que he hablado, y la tomarán por heredad para siempre. Entonces Jehová se arrepintió del mal que dijo que había de hacer a su pueblo» (Éxodo 32:11-14)
Producto de esta oración hecha por Moisés Dios disipó su molestia por el pueblo de Israel, sin embargo cuando Moisés llega y ve la algarabía y adoración que tenían delante del becerro de oro su ira fue expresada delante de todo el pueblo, y reprendió a Aarón por haber actuado de forma incorrecta delante de los ojos de Dios
«Y aconteció que cuando él llegó al campamento, y vio el becerro y las danzas, ardió la ira de Moisés, y arrojó las tablas de sus manos, y las quebró al pie del monte. Y tomó el becerro que hecho, y lo quemó en el fuego, y lo molió hasta reducirlo a polvo, que esparció sobre las aguas, y lo dio a beber a los hijos de Israel. Y dijo Moisés a Aarón: ¿Qué te ha hecho este pueblo, que has traído sobre él tan gran pecado?» (Éxodo 32:19-21)
Luego de esta situación Moisés volvió a Jehová y rogó por el pecado que había hecho, a lo que Dios le respondió lo siguiente:
Enseñanza sobre los becerros de oro
La enseñanza que deja este momento histórico que plasma las Sagradas Escrituras es que los hombres en lugar de poner sus ojos en Dios, buscan ídolos tangibles que puedan tocar, sentir, y es por ello que crean esas piezas de madera, de oro o de yeso que son semejanzas a figuras que ellos han podido ver.
Es por ello importante que el hombre mantenga su mirada en el señor como lo dice el libro de hebreos “…puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.” (Hebreos 12:2)
En importante escudriña las Sagradas Escrituras y pedirle al Espíritu Santo que revela lo que es correcto delante de Dios, ya que la confianza siempre debe estar puesta en el Señor, y aun la Biblia ll enseña en el libro de Jeremías:
Es por ello importante comprender que no hay que crearse becerros ni ídolos delante de Dios, ya que las Sagradas Escrituras e bastante clara al mostrar que solo hay un Dios y mediador delante del Padre Celestial, y ese es Jesucristo nuestro Salvador.
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