La Regla de Oro En La Biblia: Contexto Y Mandamiento

La Regla de Oro en la Biblia es un mandato que Jesús enseña a todos los oyentes que amaran al prójimo como a sí mismo, es decir tratarlos de la forma que desean ser tratados, y de esa manera caminar en el amor que Dios desea.

De este modo, Jesús quería enseñar a todos los oyentes la importancia del amor, ya que era la forma en que se podría manifestar Dios en toda las vidas, de tal manera que el mandato dado por Jesús para muchos estudios la denominaron como la "Regla de Oro".

Índice

    Contexto de la Regla de Oro en la Biblia

    La Regla de Oro en la Biblia

    Al hablar un poco sobre la regla de oro o el amor al prójimo, se debe comprender que el ser humano es inherentemente egoísta, incluso los actos más desinteresados buscan el deseo del bienestar consigo mismo. De tal forma, que el corazón humano no desea ayudar al prójimo, y solo Dios conoce las intenciones del corazón de las personas:

    «Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? Yo Jehová, que escudriño el corazón, que pruebo los riñones, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras» (Jeremías 17:9-10)

    De tal manera, que cuando Jesús les dice a las personas que traten a los demás como les gustaría ser tratados, Él está hablando de forma directa a esos sentimientos más profundos de los corazones, que tienen cada uno de ellos, enfrentando de forma frontal a la maldad que estaba oculta.

    En el contexto de esas palabras que Jesús dio se encontraba una gran cantidad de personas, que aparentaban ser piadosos, amorosos y bondadosos, mientras que en su interior estaban llenos de maldad, y muy bien lo dice la Biblia, sobre este momento:

    «Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, mas por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia» (Mateo 23:27)

    De tal forma, los fariseos y líderes religiosos de ese tiempo buscaba el cumplimiento de la ley, pensando que por su buen comportamiento y apariencia serían salvados pero cuando jesús dice: "De hecho, esto es la ley y los profetas", haciendo referencia a que todos deberían hacer lo que le gustaría recibir de la otra persona.

    Por lo tanto esas palabras dichas por Jesús hacían ver que a nadie le gustaría ser engañado o maltratado, por lo que eso llevó a la discusión un nivel mucho más profundo donde el corazón se ponía y evidencia, ya que sino eran sinceros en su amor cumplir las leyes no se considerarían justos ante los ojos de Dios.

    Regla de Oro en la Biblia

    La Regla de Oro en la Biblia

    En la Biblia Jesús nunca llamó de esa forma su enseñanza, y las Sagradas Escrituras tampoco le hacen ese enunciado, pero dicha frase es considerada tan importante que los estudiosos la han denominado "La Regla de Oro", porque en ella se resume los principios de amor y desinterés del Sermón dado por Jesús.

    Estas palabras son tan importantes que en los evangelios se observan las palabras dadas por Jesús a todos sus oyentes, que hasta el día de hoy siguen cobrando vida y penetrando los corazones.

    “Por eso, todo cuanto queráis que os hagan los hombres, así también haced vosotros con ellos, porque esta es la ley y los profetas” (Mateo 7:12)

    “Traten a los demás como les gustaría que ellos los trataran a ustedes» (Lucas 6:31)

    De esta manera Jesús vuelve en otro momento a recordar la importancia del buen trato hacia su semejante, que sería la característica primordial que los diferenciaría en ser verdaderos discípulo de Él.

    “Este mandamiento nuevo les doy: que se amen los unos a los otros. Así como yo los he amado, también ustedes deben amarse los unos a los otros. De este modo todos sabrán que son mis discípulos, si se aman los unos a los otros.” (Juan 13:34-35)

    En este sentido, estas palabras que se convierten en la regla de oro no es que sea el trato de manera recíproca, basado en el buen trato sino que lo minimiza a tal enfoque de la reciprocidad del amor a Dios, quien por su gracia amó a toda su creación. De tal forma, hay que amar porque Dios ha amado primero, y es por ese amor que se debe amar a su semejante por haberse sentido amado por Dios sin merecerlo.

    El Gran Mandamiento es La Regla de Oro

    La Regla de Oro en la Biblia

    De esta manera, Jesús a través de sus enseñanzas vino a cumplir la verdadera de ley de Dios, de tal forma que Él lo resumió en dos mandamientos que hacen entender a todos los creyentes el verdadero amor.

    “Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y ​​con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que bandejas” (Marcos 12:30-31)

    Hay una gran profundidad en esos mandatos, ya que sino cumple el primero, no tendrá la habilidad de cumplir el segundo. Por ello, cuando se logra amar a Dios con toda su alma, mente y fuerza, permitirá que el Espíritu Santo le enseñe amar a las otras personas, de la misma forma como Dios ama.

    De esta forma es muy clara la Biblia al enseñar que las personas no deben hacer actos de amabilidad cuando lo sientan, sino que deben amar en todo momento, inclusive a sus enemigos, convirtiéndose en una regla de oro o mandato divino, para mostrar a Dios en todos sus caminos.

    «Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen también así los gentiles? Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto» (Mateo 5:47-48)

    De la misma forma, la regla de oro busca que las personas traten a todos como Dios los ha tratado a ellos, con amor y misericordia. Es tratar bien a una persona por la gracia que Dios ha derramado en su vida, y sin importar de la forma en que la otra persona lo trate no debe dejar de hacerlo con amor.

    «No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos» (Gálatas 6:9)

    Es por ello que la Biblia enseña que al amar a otros podrán tener muchas obras buenas, pues se vivirá en paz y en armonía que es el plan de Dios para todos sus hijos, ya que tendrán compasión los unos a los otros y no se juzgarán por sus formas de actuar, sino que se verán como Dios los ve.

    Y Jesús vino a la tierra a mostrar la forma de vivir correcta, y murió en la cruz para demostrar el verdadero y más puro amor, a través de un sacrificio que cumple ambos mandatos dados, pues ese sacrificio en la cruz lo hizo por amor a Dios, a quien obedeció en todo, y por amor a toda la humanidad, Jesús dio vida a esos mandatos dejados como regla de oro para la humanidad.

    Para finalizar la "Regla de Oro" en la Biblia, se da cuando una persona ama a Dios con todo su corazón, que le lleva a actuar de forma amorosa con todo lo que está a su alrededor, cumpliendo ese ciclo al que Jesús desea que todos puedan aplicar, para una sana y bendecida vida con su entorno.

    «Apártate del mal y haz el bien, y tendrás morada para siempre» Salmos 37:27)

    Deja una respuesta

    Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

    Subir

    Utilizo cookies propias, de análisis y de terceros para mejorar la experiencia de navegación por mi web. Y en algunos artículos, para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias según el análisis de tu navegación. Pero solo es para seguir ofreciendo contenido de calidad en el blog de manera totalmente gratuita. Puedes informarte más profundamente sobre qué cookies estoy utilizando y desactivarlas si quieres (algo que agradecería que no hicieras) Más informacion