Isaías 9:6 - 7 Aspectos Que Indican Que Jesús Es El Príncipe de Paz
En un mundo lleno de guerras y violencia, es difícil ver cómo Jesús podía ser el Dios omnipotente que actúa en la historia humana y ser la encarnación de la paz. Esto fue lo que ocurrió en el antiguo testamento, aun el pueblo conociendo las profecías que daban los hombres de Dios sudaron de la mas maravillosa profecía que dio Isaías 9:6.
Isaías 9:6 Proclamación del nacimiento del Mesías
(Isaías 9:6) "Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz."
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Esta es verdaderamente una de las profecías más asombrosas jamás dadas. Sin duda, en referencia al nacimiento prometido a la María, de Emanuel (Isaías 7:14)“Por tanto, el Señor mismo os dará señal: La virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emanuel.” El niño que nace es el ser humano Jesús que vino a este mundo como un bebé, mientras que el Hijo dado es la Segunda Persona eternamente engendrado por la Divinidad. Emanuel es el nombre terrenal elegido por Dios para su Hijo y retrata el carácter del Niño, que significa “Dios con nosotros” o “Dios está entre nosotros.”
Ahora, en Isaías 9:6 describe los nombres divinos que sólo pueden ser verdaderos de Dios Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. Se presenta la persona del Mesías como el de un hombre, porque él era un descendiente de David, pero Él era Dios también.
7 Características en Isaías 9:6
1. Porque un niño nos es nacido:
El propósito de la venida de Cristo fue para “nosotros” en beneficio de todos aquellos que lo aceptan como su Señor y Salvador. Isaías vio la oscuridad y la tristeza de la nación, y vio también el hijo que nacería para eliminar esa oscuridad, e iluminar al mundo.
2. Hijo nos es dado:
Desde la eternidad Dios planeó para “dar” a su Hijo como propiciación por nuestros pecados. Jesús es el hijo de Dios y Él existió eternamente como el hijo. El Mesías es muchas veces representado como habiendo sido dado o enviado, o como el regalo de Dios, como se señala en Hechos 4:12; Juan 3:16; Efesios 1:22; Juan 17:4. El Mesías era preeminentemente el regalo de Dios para nosotros. El hombre no tenía ningún derecho sobre Él, y Dios dio voluntariamente su hijo como sacrificio por los pecados del mundo.
3. Y el principado sobre su hombro:
Jesús reinará como Rey de reyes y Señor de señores y el gobierno del mundo entero estará sobre sus hombros.
4. Y se llamará Admirable, Consejero:
Un consejero es el que da consejos o asesoramiento, y Jesucristo dio consejos maravillosos cuando estuvo en la Tierra. Leemos en la Biblia que “las muchedumbres quedaron atónitas por su modo de enseñar
Él es un Consejero sabio, comprensivo y con extraordinario entendimiento de la naturaleza humana. Sus consejos no consisten únicamente en reprimendas o amonestaciones, sino que, con mayor frecuencia, asumen la forma de enseñanzas y recomendaciones amorosas
Jesús es nuestro “Maravilloso Consejero”, nuestro Ejemplo perfecto y el Maestro infalible. Él muestra y nos dice qué pensar y cómo vivir, y Él nunca se equivoca, porque en Él (Colosenses 2:3)“Están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento”. El testimonio, incluso de sus enemigos, fue que (Juan 7:46)“¡jamás hombre alguno ha hablado como este hombre!”
5. Y se llamará su nombre… Dios fuerte:
Jesús no dio consideración a una usurpación, a saber, que debiera ser igual a Dios. Se le llama Dios Poderoso, no Dios Todopoderoso. Nunca se creyó el Dios todopoderoso, pues dijo que su Padre es “el único Dios verdadero”, es decir, el único Dios que debemos adorar. En las Escrituras, la palabra dios puede significar “poderoso” o “fuerte”. Antes de venir a la Tierra, Jesús era “un dios”, “existía en la forma de Dios”. Tras su resurrección, obtuvo una posición todavía más encumbrada en el cielo
6. Y se llamará su nombre… Padre eterno:
Destacando su deidad absoluta y eterna, así como su omnipotencia y la unidad del Padre y del hijo en la Divina Trinidad. Jesús también es “Dios Poderoso” y “Padre Eterno”. Esto no significa que usurpe la autoridad y la posición de Jehová, quien es “Dios nuestro Padre”
La pregunta que pueda surgir es cómo el hijo también podría ser “El Padre eterno.” En realidad, esta frase también podría ser traducido como “Padre de la eternidad”, que nos recuerda que el hijo eterno fue el Creador del tiempo, así como del espacio y la materia y de hecho, de todas las cosas (Juan 1:3; Colosenses 1:16). En el insondable, y sin embargo glorioso misterio de la Trinidad, el Señor Jesús señaló también que (Juan 10:30)“Yo y el Padre uno somos.” Él es Dios Todopoderoso “porque en Él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad."
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El título “Padre Eterno” alude al poder y autoridad del Rey Mesiánico para otorgar a los seres humanos la perspectiva de vivir eternamente en la Tierra. El legado de nuestro primer padre, Adán, fue la muerte. Jesús, el último Adán, “llegó a ser un espíritu dador de vida. Jesús, el Padre Eterno, vivirá para siempre, así la humanidad fiel se beneficiará eternamente de su paternidad
7. Y se llamará su nombre… Príncipe de Paz:
Lo que indica que Él es el primer líder que traerá verdadera paz al mundo. Él es el gran Pacificador (Colosenses 1:20) “haciendo la paz mediante la sangre de Su cruz”.
Jesús trae la paz de la mente a sus seguidores porque el Señor Jesús “guardará en completa paz a aquel cuyo pensamiento en Él persevera; porque en Él ha confiado” (Isaías 9:6). Él trae la paz al mundo como “Príncipe de Paz”, porque la paz va a caracterizar su reinado sobre la tierra.
Además de vida eterna, el hombre necesita paz con Dios y el prójimo. Aun en nuestro tiempo, quienes se someten a la autoridad del “Príncipe de Paz” han logrado (Isaías 2:2-4)“batir sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en podaderas”. No alimentan el odio que generan las disensiones políticas, territoriales, raciales o económicas, sino que están unidos en la adoración del único Dios verdadero, Jehová, y procuran vivir en paz con su prójimo, tanto en la congregación como fuera de ella.
Cuando llegue el momento que Dios ha designado para ello, Cristo instaurará en toda la Tierra una paz que será tanto estable como permanente (Hechos 1:7). “De la abundancia del regir principesco y de la paz no habrá fin, sobre el trono de David y sobre su reino a fin de establecerlo firmemente y sustentarlo por medio del derecho y por medio de la justicia, desde ahora en adelante y hasta tiempo indefinido.”
Al ejercer su autoridad como Príncipe de Paz, Jesús no recurrirá a métodos tiránicos. No despojará a sus súbditos del libre albedrío ni los dominará por la fuerza. Bien al contrario, todo lo que logre será “por medio del derecho y por medio de la justicia”. ¡Qué cambio más alentador!
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En vista de los maravillosos significados del nombre profético de Jesús...
Isaías concluye en esta sección de sus profecías, sin duda alguna, emocionante. Escribe: (Isaías 9:7)“El mismísimo celo de Jehová de los ejércitos hará esto.” En efecto, Jehová nunca actúa con falta de entusiasmo, sino con celo. Podemos estar seguros de que cumplirá a cabalidad todas sus promesas. Por consiguiente, cuantos anhelan disfrutar de paz eterna, sirvan a Jehová con corazón completo. Al igual que Jehová Dios y Jesús, el Príncipe de Paz, que todo siervo de Dios sea “celoso de obras excelentes.”(Tito 2:14)
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Es de mucha bendición contar con una herramienta así. Dios les bendiga
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El reinado de Jesús acá en la tierra traerá paz nuevamente, esa paz que fue quebrantada por el pecado.
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estan interesantes los tema quie bueno que hubieran actividades para trabajar con vovenes