El Justo Florecerá Como La Palmera: Salmos 92:12-15
El Justo Florecerá como la Palmera es una frase escrita en el Salmos 92, que indica el destino del creyente en Dios, donde se determina una vida espiritual que produce frutos para ser llenos de las bendiciones de Dios.
Una de las cosas que enseña la Biblia es como el creyente al acercarse a Dios logra tener un cambio significativo en su vida, al permitir al Espíritu Santo activando los dones espirituales, desarrollando el fruto del Espíritu.
El Justo Florecerá como la Palmera
La cita bíblica que habla sobre el cambio y desarrollo que tiene un creyente al acercarse Dios se encuentra en el salmos 92, y dice lo siguiente:
Este salmo está dirigido en evidenciar como el camino del creyente está establecido en la búsqueda que pueda tener en los atrios de Dios, es decir a medida que busque en oración, ayuno y conozca las Sagradas Escrituras podrá verse el crecimiento de ese árbol que se refiere el salmista.
Es poder crecer en medio de la adversidad, complicaciones y tribulaciones que vive una persona en la tierra, ya que a través de los procesos que viva esa porción de fe en Dios se extenderá, e impulsará en tener la madurez para sus frutos apacibles.
De este modo, a través de este salmo se logra enseñar al creyente que hay una promesa para su vida, y es ser como la palmera en un desierto, que dará sus frutos, siendo indetenible ante cualquier adversidad que pueda enfrentar.
Significado de la Frase: "El Justo Florecerá como la Palmera"
Entendiendo que esta frase escrita por el salmista viene a indicar la característica de un creyente en Dios, a continuación se podrá desglosar un poco el significado de dicha frase.
El Justo
Cuando se refiere al justo se indica que es una persona que se ha acercado a Dios por medio de Jesucristo, y sus pecados han sido perdonados siendo desarrollado una comunión con Dios, siendo restablecida por medio del sacrificio de Jesús, quien lo justifica delante de Dios.
La Palmera
La palmera conocida en el aspecto natural debe ser plantada durante un clima cálido, ya que ellas pueden soportar los veranos muy calurosos y las malas condiciones del suelo podrán tolerar el frío del invierno.
Cuando la palmera es plantada debe tener mucho cuidado, ya que necesita crecer en anchura y así poder alcanzar el grosor de su especie, permitiendo además tener una columna de tejido vivo en el centro de su tronco, y a su vez es protegida por la corteza que forma capas que pueden ser arrancada o heridas, y aun así seguirá creciendo.
En este sentido este árbol logra crecer unos 14, 20 o 60 metros de altura, con hojas verdes de gran tamaño que podrán secarse, caer o ser cortadas. Asimismo, pueden tener una vida de 100 a 200 años, y aunque el viento la doble jamás podrá ser quebrada.
Esa representación de la palmera en el mundo natural está referido al creyente, es decir que no crecen por sí mismo y son plantados en un lugar diferente al común, porque es Dios quien los planta y lo hace crecer y fructificar, para wer sólido ante las circunstancias.
De este modo, el salmista inspirado por el Espíritu de Dios habla sobre como la vida espiritual es determinada por el crecimiento interior de una persona, que será fortalecido de forma continua por la búsqueda que tenga de Dios.
Mientras, que al ver esa corteza de la palmera es ese hombre exterior que podrá ser maltratado y azotado por las circunstancias, sin embargo en el interior no será herido, al permanecer en la roca inconmovible que es Jesús.
«Porque todas estas cosas padecemos por amor a vosotros, para que abundando la gracia por medio de muchos, la acción de gracias sobreabunde para gloria de Dios. Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día. Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas» (2da. Corintios 4:15-18)
Por otra parte, cuando se habla de las hojas que son quitadas o caen al suelo, se está refiriendo en quitar de la vida de la persona lo que está muerto, arrancar lo que no florece, dejar el pasado a un lado, los fracasos, los rencores y temores del mundo, mirando a Jesús y su salvación.
Asimismo, al hablar de la palmera y de la palma que brota de ella, se está refiriendo al símbolo de su hermosura, es decir que el creyente debe verse hermoso como lo que viene del Espíritu de Dios.
La palmera se destaca por mantener un tallo recto que no cede al peso que le pueda colocar, eso quiere decir que el creyente crece como esa palmera que en medio de las dificultades o tentaciones, no podrá impedir su crecimiento y se mantendrá firme.
Otra característica de la palmera es que tiene un tipo de separación, es decir no permite injertos ni ser unida a otros árboles, del mismo modo el creyente se distingue porque se separa del mundo, y se une a su raíz primaria que es Dios.
Otro punto interesante sobre la palmera es que ella está en el desierto, un territorio difícil y hostil, donde muchos árboles no se sostiene sino que mueren. Es lo mismo que ocurre con los creyentes que viven en un mundo lleno de maldad y dificultades, aún crecen y se fructifican.
Florece y da Fruto
El el punto importante de esta Palmera es que da fruto, es decir florece en cualquier circunstancia y temporada del año, convirtiéndose en un árbol deseable en medio del desierto, para poder recibir sombra y fruto de él.
«Aun en la vejez fructificarán; Estarán vigorosos y verdes» (Salmos 92:14)
Por otra parte, el creyente está destinado en dar fruto en todo tiempo y ser útil para toda buena obra, además de ser añadido más frutos para mostrar lo notable de la presencia de Dios en su vida.
«Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado. Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí» (Juan 15:2-4)
Es por este motivo que el salmista al escribir estas líneas hace énfasis en que el creyente crecerá y florecerá como la palmera, ya que Dios quien planta y le da el crecimiento, entendiendo que todo lo que Dios toca será fructífero para siempre.
Florece en el Desierto
La palmera florece en el desierto es una forma simbólica del pueblo hebreo cuando fue liberado por Dios, y permaneció por 40 años en el desierto, donde fue probado se fortaleció en su fe, soportando calor, frío, vientos y dificultades.
«Y te acordarás de todo el camino por donde te ha traído Jehová tu Dios estos cuarenta años en el desierto, para afligirte, para probarte, para saber lo que había en tu corazón, si habías de guardar o no sus mandamientos» (Deuteronomio 8:2)
De este modo, la representación de la palmera en el desierto, siendo un lugar inhóspito donde quizá no recibe los elementos nutritivos suficientes, pero aún se sostiene en medio de ese lugar. Pero en el caso de los creyentes su fundamento es la palabra de Dios, que lo mantiene con los nutrientes siendo inquebrantable.
Se puede decir que el fundamento de la palmera está determinada por sus raíces que crecen hacia abajo, y al estar muy profundas encontrará el agua que la nutrirá, de la misma forma el creyente profundiza en el conocimiento de Dios, donde podrá encontrar esos nutrientes que fortalecerá su raíz.
Para finalizar se puede decir que la frase "El Justo Florecerá como la Palmera" está destinada a enseñar que el fundamento que debe tener cualquier creyente es Jesús, ya que lo hará inconmovibles ante cualquier circunstancia que viva
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