El Dios Padre En La Biblia

El Dios Padre en la Biblia es ese ser que mira con amor a toda su creación, a quienes ve como sus hijos y a los que bendice de forma especial, pero de la misma forma corrige como cualquier padre para que puedan cumplir su propósito divino en la tierra.

En este sentido la Biblia tiene una diversidad de versículos que presentan a Dios como Padre para toda la creación, y es por ello que Jesús al estar en la tierra en todo momento se dirigió a Dios como padre, demostrando la identidad que tienen que tener todos los creyentes.

Índice

    El Dios Padre en la Biblia

    El Dios Padre en la Biblia

    La Biblia es el libro más importante que puede tener un creyente en Dios, ya que en ella se encuentran las enseñanzas que deben ejecutar en su vida diaria, y de forma especial se manifiesta la promesa de Dios para todos sus hijos y no como ese lejano sino como ese cercano que nos ama.

    “Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a Él” (1ra. Juan 3:1)

    A través de esta cita bíblica se puede ver como el apóstol Juan empieza a describir el amor que el padre da a sus hijos, que en la palabra griega "cuál amor" se encuentra en 6 oportunidades en el Nuevo Testamento, y siempre está implicando al asombro y admiración de lo grande y poderoso que puede ser ese amor de padre.

    En este sentido es importante destacar cuando dice el "Padre nos ama", ya que en eso Él está describiendo esa condición de amor incondicional, uno que no es medido, ni cambiante, ni se diluye, sino que se mantiene estable e invariable ante cualquier condición o situación y el derrama su amor en todos sus hijos.

    Del mismo modo hay que destacar que Juan utiliza la palabra "Padre" de forma premeditada, con el propósito de establecer esa relación que implica la relación filial padre-hijo. También, se debe aclarar que la paternidad de Dios es eterna, ya que es el Padre de Jesucristo y a través de Él se convierte en nuestro padre.

    Todo esto conlleva a que cuando se recibe a Jesús como su Salvador podrían recibir el amor del Padre, ya que serán constituidos hijos de Dios y recibirán esa paternidad que viene del cielo, para enrrumbarlo hacia ese destino profético que se ha establecido para cada uno de los que aman al Señor.

    «Más a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios» (Juan 1:11-12)

    Y es por este motivo que todos aquellos que se convierten en hijos de Dios son herederos y coherederos con Cristo Jesús, y esto se le da derecho de convertirse mediante la fe en Jesucristo, por lo que se extiende su amor a todo creyente.

    «Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados» (Romanos 8:17)

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    La Paternidad de Dios

    El plan de salvación creado por Dios a través del Señor Jesús es la iniciativa de un verdadero Padre que ama, y que busca la salvación para todos sus hijos, es por eso que su paternidad no es efímera sino que es eterna.

    “Porque de tal manera amó Dios al mundo que envió a su Hijo Unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16)

    Y en este sentido se debe entender que la base de la vida de un creyente es descansar en esa paternidad de Dios, y que sea revelado por medio del Espíritu Santo esa verdad que demuestra el amor de un Padre con su hijo como lo dice la palabra:

    • “Me llamaréis: Padre mío y no os apartaréis de en pos de mi” (Jeremías 3:19)
    • “El hijo honra al padre, y el siervo a su señor. Si, pues, soy Yo Padre, ¿Dónde está mi honra?” (Malaquías 1:6)
    • “Pero tú eres nuestro Padre…tú oh Jehová eres nuestro Padre; nuestro Redentor perpetuo es tu nombre” (Isaías 63:16)
    • «El que me ha visto a mi ha visto al Padre; ¿Cómo, pues, dices tú: Muéstranos al Padre?” (Juan 14:9)

    Y basado en estos citas bíblicas el mismo Jesús afirma a través de la oración modelo que a Dios se debe dirigir como "Padre Nuestro", hablando en plural, y eso quiere decir que cada creyente se convierte en un hijo de Dios y Él en el Padre de todos.

    «Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos. Y les dijo: Cuando oréis, decid: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra» (Lucas 11:1-2)

    A través de esta oración se puede desglosar esas características de Dios que viene a satisfacer las necesidades de sus hijos, destacándose el amor, la seguridad, la provisión que se necesita, la protección ante el temor o situaciones adversas, la enseñanza y la disciplina que todo Padre aporta a sus hijos.

    Cómo Honrar a Dios como Padre

    Cómo Honrar a Dios como Padre

    Para honrar a Dios como Padre todos los creyentes deben desarrollar en su vida la intimidad con Él, buscar su presencia entendiendo sus planes, que no sea una costumbre vana, sino un estilo de vida que es transformado por la presencia del Espíritu Santo en su vida.

    Y para honrar al Padre se debe cumplir las siguientes acciones:

    1. Se debe adorar a Dios con todo el corazón haciéndolo como alguien que ama a su padre y quiere tener ese encuentro especial con Él.

    «Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren» (Juan 4:23-24)

    2. Siendo obedientes a cada uno de sus mandatos y preceptos cumpliendo las órdenes que como padre entrega a todos sus hijos.

    «El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él» (Juan 14:21)

    3. Es importante que como hijos se busque el conocimiento de Dios, es decir no verlo desde lejos sino acercarse a Él y saber quien es como Padre.

    «Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová» (Jeremías 9:23-24)

    4. Dar a conocer al Padre Celestial y su poder delante de los enemigos, así como lo hizo el rey David cuando se enfrentó a Goliat, que lo derrumbó con el poder del Espíritu de Dios.

    «Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado.

    Jehová te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, y te cortaré la cabeza, y daré hoy los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y las bestias de la tierra; y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel» (1ra. Samuel 17:45-46)

    Todo esto conllevará a la demostración de un amor innegable al Padre Celestial, a quien es honrada con cada una de las cosas que emprenda en la tierra, y de esa manera poder ser ese linaje al que Él ha escogido para llevar su nombre en la tierra.

    • «En amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado» (Efesios 1:5-6)
    • «Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia» (1ra. Pedro 2:9-10)

    Para finalizar se puede decir que través de las Sagradas Escrituras enseñan cuales son los derechos y privilegios que conlleva ser hijos de Dios, por lo tanto te invitamos a que puedas conocer ese amor del Padre Celestial, y eso se experimentará a través del conocimiento que se adquiere cada día en su presencia.

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    Y en todo momento poner su fe y confianza en el Padre Celestial, de la misma forma como un hijo lo hace con un padre terrenal debe hacerse con el creador de todas las cosas, quien quiere que participemos de su santidad y recibir cada una de las bendiciones que ha preparado para sus hijos.

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