Diferencia Entre Iniquidad Y Pecado
La Diferencia entre Iniquidad y Pecado es una buena pregunta para todos aquellos creyentes que desean profundizar en este tema, ya que muchos piensan que el pecado y la iniquidad significan lo mismo, pero no es así.
Puesto que el pecado es cuando la persona desobedece a Dios, hace algo indebido que le desagrada y va contra la palabra de Dios, es decir errar al blanco, pero su conciencia le acusa y se siente mal por haber actuado de aquella manera y se arrepiente, y la iniquidad es cuando la persona se acostumbra al pecado, y simplemente lo disfruta, no tiene vergüenza de cometerlo.
Diferencia entre Iniquidad y Pecado
Para poder profundizar en este tema, es importante conocer el significado de cada palabra y entender su origen, en el caso de la palabra Pecado proviene de la palabra hebrea “chattah” que significa “errar al blanco”.
Esto está hablando en un sentido moral, ya que la palabra se refiere a un acto distinto y específico de desobediencia, es decir a un fracaso para lograr un cierto nivel de vida.
En cambio, la palabra iniquidad proveniente de "awon" se refiere al carácter detrás de la acción, es decir que describe el carácter de una persona, que tiene inclinación hacia el pecado. Ciertamente, la iniquidad está relacionado con el pecado, esto implica mucho más que esto refiriéndose a la naturaleza misma de un individuo.
En este caso la iniquidad se refiere al carácter detrás del pecado, se convierte en la fuente de los actos del pecado, se puede decir que la iniquidad es la adicción al pecado, ya es un vicio o hábito en su vida, y que no tiene ningún tipo de acusación de su conciencia.
La iniquidad es la suma de todos los pensamientos torcidos, o la suma de la maldad del hombre en su corazón.
«Extracto del libro ‘La Iniquidad’, Ana Méndez Ferrell» «La iniquidad está intrínsecamente ligada al mundo espiritual de las tinieblas y es ahí a donde el diablo engarza las maldiciones que vienen de nuestros antepasados. Es en esta misma área donde se arraigan las bases legales de enfermedad que se transfieren de padres a hijos, a nietos. Es donde se encuentra la legalidad de Satanás para robarnos y oprimirnos y lo que va a ser un constante obstáculo para recibir la plenitud de las bendiciones de Dios. Esta es la principal puerta que tiene el imperio del diablo sobre la vida del ser humano, creyente o incrédulo. Es a través de la iniquidad que el maligno va permear el corazón del hombre, para poner en él todo tipo de deseos perversos y pecaminosos. A esto se le llama concupiscencia».
Basado en lo anteriormente citado, se entiende que el ser humano debe comprender que la iniquidad desencadena un cambio sustancial en su forma de actuar, y es por ello que surge lo mentado como concupiscencia.
La iniquidad se convierte en la forma en que el mundo espiritual de maldad, tome por completo la vida de las personas, y deposite en ellos todo tipo de pensamientos, que son ejecutados por la concupiscencia, y en el que la propia persona está totalmente cegada en sus acciones, ya que por lo general esto viene de una raíz generacional que es pactada por los pecados de sus padres y antepasados.
«La herencia de pecado ha sido trasmitida y ahora va a corromper el alma para que ésta empiece a desear hacer el mal. Será una fuerza irresistible en muchos casos que arrastrará a personas aparentemente buenas a cometer pecados abominables. Es por eso que hijos de alcohólicos, llegada cierta edad, empiezan a tener un deseo incontrolable de beber. Y a veces son hijos de cristianos o de pastores que sin razón alguna empiezan a desarrollar estas inclinaciones pecaminosas. La razón de esto es que no se ha tratado con la iniquidad». Extracto del libro «La Iniquidad», Ana Méndez Ferrell.
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La iniquidad viene a producir en la persona que no tenga ningún tipo de control y en el libro de Isaías se ilustra de que forma opera esta condición:
Esto representa o tiene el significado que cuando las personas tienen iniquidad en sus vidas, ya no están en control de su propio destino y están como esa hoja que es llevada por el viento sin ningún tipo de control. Por eso en la Palabra de Dios enseña que es imperante apartarse de toda iniquidad, para que su vida pueda ser librada del maligno.
Dios promete la salvación de todos los impíos que opten en abandonar sus pecados y volverse a Dios, y eso se puede lograr tomando la decisión en dejar el pecado atrás y reconocer a Jesús como su Salvador.
Es importante comprender que tanto los justos que confían en Dios, y le siguen deben permanecer en su camino, ya que si de repente se vuelven rebeldes a Dios, y se entregan al pecado y la iniquidad morirán como aquellos que siempre han vivido en pecado.
Lo importante de todo esto es el reconocimiento de Jesús como el que dirige los pasos de las personas, ya que Él venció la iniquidad que agobiaba a todos en la cruz, por lo que en esperanza se espera su salvación.
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Recuerda que el Padre nunca rechazará un corazón que se arrepiente de sus malos caminos, por lo que hoy te invitamos a que si en tu caso has dejado que te gobierne el pecado o la iniquidad, echala fuera en el nombre de Jesús y empieza un nuevo camino junto con el Señor porque Él te perdonó.
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