Los 7 Derramamientos De La Sangre De Jesús

Los 7 derramamientos de la sangre de Jesús, tienen una de las mayores simbología espirituales que se puede conseguir en las Sagradas Escrituras, y que trasciende en el tiempo cumpliendo el propósito de salvación para toda la humanidad cuando Jesús llegó a la tierra.

En este sentido la Biblia habla que es por medio del sacrificio de Jesús, sus laceraciones, las llagas, y esa sangre derramada en la cruz del Calvario se produjo la ruptura del velo que separaba la humanidad de Dios, y es por medio de ellos que los pecadores fueron perdonados y hoy pueden tener el acceso al reino de Dios.

Índice

    Los 7 Derramamientos de la Sangre de Jesús

    Los 7 Derramamientos de la Sangre de Jesús

    Desde el momento en que el hombre desobedeció a Dios eso trajo la separación de todas las bendiciones que el Padre Celestial había destinado para la humanidad, y el hombre tuvo que enfrentar y asumir cada uno de sus actos con responsabilidad, ya que fueron expulsados del paraíso y debieron empezar una vida nueva como bien les pareció.

    De ese modo, cada una de estas acciones de desobediencia produjeron la muerte espiritual del ser humano trayendo consigo la rebeldía y el pecado, que produjo la separación de la creación de Dios de su Creador, quien tuvo que buscar la forma de salvarlos.

    Es por ello que en ese plan de salvación ideado por Dios quien veía con misericordia y amor a todos en la tierra envío a su hijo como sacrificio vivo, a Jesús el unigénito, sin manchas, sin pecados, perfecto en sus actos, para darle una oportunidad a toda la humanidad.

    Es por este motivo que durante ese camino hacia el sacrificio que hizo Jesús en la tierra tiene un valor simbólico para todos los creyentes en Dios, ya que permitió la reconciliación de la humanidad con el Señor, y de ese modo llegar al trono de la gracia.

    El Primer derramamiento de la sangre de Jesús

    El primer derramamiento de sangre vivido por Jesús fue cuando se encontraba en el huerto del Getsemaní, donde se preparaba para redimir a toda la humanidad del pecado, pues estaba a escasas horas de vivir en carne propia el plan de salvación de Dios.

    «Y estando en agonía, oraba más fuertemente, su sudor era como grandes gotas de sangre que se derramaban sobre la tierra» (Lucas 21:44)

    En ese momento en que Jesús oraba su sangre caía como gotas de sudor, era una demostración que Él en su humanidad se estaba despojando de ese cuerpo, y se estaba consagrando para ser ese Cordero que iba a traer la liberación de las almas en la tierra.

    «De esta forma, Jesús siendo enviado por Dios no estimó ser igual a él, aferrándose como un siervo y permaneciendo obediente hasta su muerte en la cruz» (Filipenses 2:4-8)

    Es por este motivo que el sudor se convertía en esa sangre que es la fidelidad de Jesús a Dios, ya que Él siguió adelante a pesar del temor que sentía en ese momento, pues pensaba en cada uno de estos pecadores que hoy en día pueden recibir la salvación y perdón de pecados.

    El Segundo derramamiento de la sangre de Jesús

    En este segundo derramamiento de sangre sucede cuando fue llevado a Roma donde querían que fuese condenado por Pilato, quien al ver la presión del pueblo y de los religiosos de la época él prefirió lavarse las manos por esa sangre de un inocente, y no tener nada que ver con respecto a eso.

    «Al observar Pilato todo el alboroto generado por su pueblo, tomó agua y en frente de él se lavó sus manos exponiendo: inocente yo de la sangre de este hombre justo, allá ustedes; a lo que el pueblo respondió: que su sangre caiga sobre nosotros y nuestros hijos» (Mateo 27:24-25)

    Esta situación ocurre a causa de los fariseos, quienes querían condenar a Jesús y presionaban al pueblo para que Pilato pudiera condenarlo, pero él de forma simbólica no se dejó ensuciar sus manos y prefirió entregárselos a estos religiosos.

    «Pilato, buscando satisfacer la voluntad de su pueblo les entregó a Jesús, luego de ser azotado, para que fuese crucificado» (Marcos 15:15)

    De esta manera, se produciría uno de los actos más salvajes vividos por Jesús, ya que fue golpeado sin piedad recibiendo el castigo por el pecado de la humanidad, para que todos pudieran ser salvos.

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    El Tercer derramamiento de la sangre de Jesús

    Un tercer momento que vivió Jesús fue cuando mientras eran golpeado por los soldados romanos se mofaban de Él, y le colocaron una corona de espinas que representaba la cancelación del pecado en el primer hombre adánico, producto de la maldición pecaminosa.

    «Los soldados del gobernador llevaron a Jesús, lo desnudaron, colocaron un manto de escarlata y pusieron sobre su cabeza una corona tejida de espinas; escupiéndole, tomaban caña y le golpeaban la cabeza» (Mateo 27:27-30)

    A través de este momento se permite ver cómo el hombre es liberado de esos pensamientos impuros, y de esa mente reprobada o entenebrecida que tenía la humanidad, que impedía que se acercaran a Dios, es con esta corona de espinas que se quebranta las mentes cautivas por los pecados.

    «Derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo» (2da. Corintios 2:15)

    El Cuarto derramamiento de la sangre de Jesús

    En este cuarto derramamiento de sangre de Jesús sucedió cuando en medio de esa tortura que hacían los soldados romanos en contra de él le arrancaba  la piel, producto de los azotes recibidos, siendo la representación del rechazo y humillación que recibió por todos los hombres en la tierra.

    Del mismo modo, este hecho simboliza la aceptación de Dios a todo hombre sin importar su condición, esto quiere decir que por medio de Jesús se despojó de sí mismo para que toda la humanidad pudiese ser aceptada por el Padre Celestial.

    «Mas El fue herido por nuestras transgresiones, molido por nuestras iniquidades. El castigo, por nuestra paz, cayó sobre Él, y por sus heridas hemos sido sanados» (Isaías 53:5)

    El Quinto derramamiento de la sangre de Jesús

    El quinto derramamiento de sangre vivido por Jesús se da cuando sus manos fueron clavadas en la madera, que viene a simbolizar la ruptura de la miseria y escasez en el hombre, se estaban liberando las manos de los hombres, para poder tener prosperidad y multiplicarse en todas las cosas que emprendieran.

    En este sacrificio se cumple la liberación de la bendición de los dones, de las habilidades, de la multiplicación y de cada uno de los talentos que Dios le había entregado al hombre, para que pudiera llevar a cabo su obra.

    “Porque ciertamente Él fue crucificado por debilidad, pero vive por el poder de Dios. Así también nosotros somos débiles en Él, sin embargo, viviremos con Él por el poder de Dios para con ustedes” (2da. Corintios 13:4)

    El Sexto derramamiento de la sangre de Jesús

    Con respecto al sexto derramamiento de sangre se dio cuando los clavos fueron traspasados en sus pies en el madero, y esto viene a representar la restauración del camino del ser humano, pues rompería las cadenas que no lo dejaba avanzar hacia el camino correcto en Dios.

    Esto simboliza que Jesús es el camino hacia el Padre y al ser clavados sus pies en esa cruz traería a la humanidad obediencia y sumisión, ante las cosas establecidas por Dios, pues serían liberados sus pies para caminar conforme al plan divino.

    «Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.  Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto» (Juan 14:6-7)

    El Séptimo derramamiento de la sangre de Jesús

    Con respecto al último momento en el que la sangre de Jesús cae en la tierra fue después de su muerte, cuando un soldado mete la lanza sobre su costado cayendo agua y sangre, situación que representa la limpieza de toda la humanidad de sus pecados.

    «Uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, saliendo al instante sangre y agua» (Juan 19:34)

    Es a través de esa sangre que fue derramada por Jesús que permitió que toda la humanidad dejara de sufrir ese abandono eterno, logrando la reconciliación entre Dios y su creación, permitiendo romper el velo que separaba la humanidad del Trono Santo.

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    Esto significa que estos 7 derramamientos de sangre de Jesús son los momentos en que la humanidad fue liberada de las cadenas de opresión, que los alejaba de Dios, y cada uno de ellos representa el amor y misericordia del Padre Celestial para sus hijos.

    Es la gran oportunidad que tiene el ser humano de poder tener una vida eterna, es un sacrificio lleno de dolor pero también de amor, con el que se puede limpiar y librar a toda la humanidad del pecado que era oprimido que lo llevaba al camino de la salvación y de la presencia de Dios.

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