Como Hablar Con Dios: Posiciones, Oraciones Y Oportunidad
Como hablar con Dios es una pregunta que tiene aquellas personas que han iniciado los caminos de Dios, pues desean tener esa conexión y comunicación con el Todopoderoso, es por ello que la oración es el mejor medio para acercarse al Padre Celestial.
Al querer hablar con Dios es buscar tener la oportunidad de conocer quien es Él, es pedir ayuda en el momento difícil, es buscar el consejo en momento de angustia en la vida, y poder recibir la bendición prometida para todos aquellos que lo buscan en Espíritu y en verdad.
Como hablar con Dios
En la Biblia se puede ver la forma en poder comunicarse con Dios, y tener ese relación personal con Él. La forma de comunicarse el creyente con Dios es a través de la oración, que por mucho tiempo no se sabía como hacerlo de forma correcta tanto que los discípulos le pidieron a Jesús que le enseñaran de cómo hablar con Dios.
«Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos. Y les dijo: Cuando oreis, decid: Padre nuestro que estás en los cielos; santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del malo» (Lucas 11:1-4)
Al ver este ejemplo dado por Jesús de cómo hablar con Dios, por medio de la oración esto debe ser tomado por todo creyente, y poder ser guiado por Él y permitir tener esa conexión con el Todopoderoso, y que su vida pueda ser instruida por el Espíritu Santo, quien le enseñará de que manera pedir al Padre Celestial.
«Y asimismo también el Espíritu ayuda nuestra flaqueza: porque qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos; sino que el mismo Espíritu pide por nosotros con gemidos indecibles» (Romanos 8: 26)
La oración es el medio para hablar con Dios, es el medio de comunicación, de la misma forma que se habla con un padre. Este es una forma de hablar, adorar y agradecer los beneficios que Dios da. Refiriéndose en palabras que salen de forma genuina, no repeticiones aprendidas.
Cuando un creyente habla con Dios debe entender que es la misma forma en que se comunica con una persona, es hablar de una forma sincera sin vanas repeticiones, es decir que salga de un corazón con un deseo ferviente de ser escuchados, con la actitud correcta de humildad y reverencia ante Dios.
Para ello se debe realizar la oración en cualquier lugar, donde no tenga interrupción, pues lo importante es tener un corazón humilde anhelando ser escuchado, y en el que se pueda tener ese encuentro personal con el Dios Todopoderoso.
Posiciones para Hablar con Dios
Cuando se decide hablar con Dios, debe hacerlo como un amigo o familiar cercano, es decir tener esa habilidad de conectarse con Él, así como al hablar con una persona. Desarrollar los siguientes pasos:
- Saludar.
- Preguntar cómo se han sentido, mostrando interés genuino por el bienestar de la persona.
- Luego que avanza la conversación hay retroalimentación entre ambos.
De la misma forma que se da este tipo de conversación es que Dios desea que suceda con el creyente, es decir crear ese compartir de emociones, que se revelan los sentimientos, pensamientos, deseos y anhelos delante de Dios. De este modo es seguir una conversación fluida, y del mismo modo advierte acerca de no usar repeticiones al hablar con el Padre.
«Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos» (Mateo 6:7)
En la Biblia se pueden ver diversas momentos en que los creyentes en el Padre Celestial apartaban su tiempo para poder hablar con Dios, y lo más común era hacerlo de rodillas
«Cuando acabó Salomón de hacer a Jehová toda esta oración y súplica, se levantó de estar de rodillas delante del altar de Jehová con sus manos extendidas al cielo» (1ra. Reyes 8:54) «Cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado, entró en su casa, y abiertas las ventanas de su cámara que daban hacia Jerusalén, se arrodillaba tres veces al día, y oraba, y daba gracias delante de su Dios, como lo solía hacer antes» (Daniel 6:10) «Y él se apartó de ellos a distancia como de un tiro de piedra; y puesto de rodillas oró» (Lucas 22:41) «Entonces sacando a todos, Pedro se puso de rodillas y oró; y volviéndose al cuerpo, dijo: Tabita, levántate. Y ella abrió los ojos, y viendo al ver a Pedro, se incorporó» (Hechos 9:40)
Otra forma de hablar con Dios es hacerlo de pie, como lo muestra las Sagradas Escrituras:
«Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano. El Fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de su manera: Dios, te doy gracias, que no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano. Mas el publicano estando lejos no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propició a mí, pecador» (Lucas 18:10-13)
También para poder hablar a Dios lo puede hacer sentado como lo hacía el Rey David.
«Y entró el rey David, y se puso delante de Jehová, y dijo: Señor Jehová, ¿quién soy yo, y qué es mi casa, para que tú me traigas hasta aquí?» (2da. Samuel 7:18)
Aunque se han presentado diversas posturas para orar a Dios, cuando esto sucede, la postura no es lo que importa, pues la actitud es lo más importante para dirigirse a Dios, y lo más correcto es tener una actitud que demuestra humildad y respeto, eso puede hacerlo de rodillas.
Por ello, lo que Dios desea es que se acerque con amor a Él, sin importar la posición o postura que tome, pues Él escuchará cada una de las cosas que le digan y se creará ese nexo que el Padre desea tener con sus hijos.
«En aquel día no me preguntaréis nada. De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará. Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre: pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido» (Juan 16:23-24)
La Oración es la Forma personal de hablar con Dios
Cuando una persona desea hablar con Dios debe seguir el ejemplo de Jesús, quien se apartaba de sus discípulos y tenía esa conversación personal con el Padre, ya que ese momento debe ser un acto íntimo donde está la persona y Dios, únicamente.
«Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto, te recompensará en público» (Mateo 6:6)
Esto debe ser un estilo de vida de la persona, y es la forma correcta para tener la comunicación con Dios, pues al fin y al cabo, no se ora para que otros lo vean, sino para tener esa conexión con el Padre Celestial.
Del mismo modo, se debe apartar un tiempo para hablar con Dios, como lo enseña la Biblia, que muestran a Daniel y al mismo rey David, quienes tomaban tres veces al día, para tener esa conexión con Dios.
«Cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado, entró en su casa, y abiertas las ventanas de su cámara que daban hacia Jerusalén, se arrodillaba tres veces al día, y oraba, y daba gracias delante de su Dios, como lo solía hacer antes» (Daniel 6:10) «En cuanto a mí, a Dios clamaré; y Jehová me salvará. Tarde y mañana y a medio día oraré y clamaré; Y él oirá mi voz» (Salmos 55:16-17)
Eso quiere decir que no hay límites ni reglas para poner un tiempo para hablar con Dios, y lo importante es hablar y tomar cada día ese tiempo especial, donde podrá recibir la enseñanza de un Padre que escucha cada una de sus peticiones.
Cuando se habla con Dios Él cumple sus Promesas
En la Biblia enseña una gran cantidad de oportunidades que hombres y mujeres creyeron en la oración, y vieron el poder que de ella se emana, pues se logra hablar con el creador de todas las cosas, y Él en su inmenso amor responde cada una de sus peticiones.
«Porque sólo es su cubierta, es su vestido para cubrir su cuerpo, ¿en que dormirá? Y cuando él clamare a mí, yo le oiré, porque soy misericordioso» (Éxodo 22:27)
Eso quiere decir que la oración tienen las bases fundamentadas en las promesas de Dios, que son rasgos establecidos para estar seguros de su respuesta, a cada una de las oraciones que se levanta delante de su altar, y son su fidelidad y misericordia.
«Clama a mí que yo te responderé y te mostraré cosas ocultas que tú no conoces» (Jeremías 33:3)
En este sentido Dios promete escuchar la oración de sus hijos, pues Él es misericordioso y clemente, es por ello que se debe hacer en el nombre de Jesús porque es Él mediador ante el Padre, ya que tiene todo los méritos para poder interceder por cada uno de los creyentes.
«Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo» (Juan 14:13)
Otro punto importante que se debe resaltar cuando se habla con Dios es la fe de la persona que se acerca en oración, pues gran cantidad de las oraciones que son respondida por el Padre Celestial están fundamentadas en la fe de la persona que ha realizado dicha oración.
«Pero pida con fe, no dudando nada: porque el que duda es semejante a la onda de la mar, que es arrastrada por el viento, y echada de una parte a otra» (Santiago 1:5-6)
Para pedir se debe hacer con mucha fe, sin dudar, es la mejor condición para que una oración sea respondida por Dios, ya que Él está lleno de amor, al ver a esa persona que se acerca con un corazón humilde creyendo con toda su alma, Él no rechazará a ese adorador genuino.
«Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios, crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan» (Hebreos 11:6)
El amor de Dios es inigualable por eso Él promete no desamparará al que le busca y trata de agradarle. De ese modo todos deben esperar la respuesta favorable a su oración, solo confiando en Él y deleitarse en cada uno de sus caminos que lo llevará a la bendición en sobreabundancia, pues Dios está deseoso de hablar con su creación y que puedan conocerlo.
“Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo” (Hebreos 1:1-2)
Ya para finalizar se puede decir que para hablar con Dios, debe ejercitar el hábito de la oración y hacerlo con mucha fe, y hablar con Él como ese Padre con el que se puede expresar todo lo que siente, dejando a la vez que se manifiesta esa revelación de su presencia en la vida que lo hará cambiar sus malos pasos a esos buenos pasos que trae abundancia de paz.
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